Con un saber extraordinario, resuelve problemas y explica su sentido. Con su perseverancia en las pruebas, mantiene los ojos muy abiertos y los oídos atentos. Del mismo modo que un territorio es débil y, a su vez, poderoso, su fuerza se desarrolla en la debilidad. Al mezclar hierro con arcilla y no poder fundirlo, aprende cómo proceder y sigue adelante. Y sin juzgar la historia, ni aceptar dones ni regalos;
esto, por sí solo, ya es indicio de cómo es.
Post escrito por Carmen Rafecas.