Secretos señalados a la vista de la humanidad y anunciados en el mundo a una escala mayor. Aunque, por una excesiva prudencia humana no se atienda a examinar todo a cuanto acontece de ellos. O bien, dicho en otro orden de ideas: hasta ahora no se puede negar ni afirmar que sean reales. Por tanto, ante la espera de una declaración definitiva, la observancia debe continuar hasta percibir los signos comprensibles para la justificación y hallar con mucha claridad qué es lo bueno. Pues, incluso en el lenguaje simbólico, toda la visión del cisne acoge con fidelidad los dictados que señala el Corazón. Es más, estos son el camino inteligible, en todo instante y sin cesar. O bien, dicho en sentido figurado: con una belleza indescriptible, el ave entrelaza su arqueado cuello con la pasión nostálgica que derrama el Amor en este tiempo. De tal forma que, reconoce teórica y prácticamente dicha influencia y se deja gobernar por ella. Tal vez, así, en esta conciencia, el investigador traduce constantemente en actos las palabras enunciadas bajo la Luz. Eso sí, en obediencia a las grandes leyes naturales, grabadas en su pequeño corazón humano. Incluso cuando, según toda apariencia, esté dispensado a la menor prescripción de la Ley. A saber, secretos;
velados con una discreción encantadora.
Colección Experiencias de Paz. Foto con historia número 147 escrita por Carmen Rafecas. Imagen publicada libre de derechos de autor vía pixabay.