Nueve días mediante la cesión de obras, para que, de esta forma, se comprenda la importancia y la seriedad de la situación presente. Así, tal cual somos, nos entregamos con nuestro activo, y también con nuestro pasivo. De modo que el autor nos ofrece la respuesta, pero nos dirige una pregunta a nuestro corazón: ¿Cuál es tu proceder? Esto es para entender y expresar mejor aquello que realmente mantiene y sustenta nuestras vidas. Porque, si muchos por ser fieles a su opción se entregan decididos, lo mismo es posible tolerar con paciencia las críticas y el rechazo. Y, más allá de la ingenuidad de alguno que afirma que nunca ha visto al justo abandonado, roguemos que las contrariedades de la trayectoria personal y de la historia colectiva, no nos despojen de la alegría de practicar la justicia. Por eso, quizá, no es casual que se diga que cuánto más desprendidos estamos de los bienes temporales, más ricos podemos ser en la tierra. Es decir, más perfectamente nos podemos dar en el servicio a los necesitados, sin reservas ni prejuicios. Eso sí, con la ayuda del amor razonable, el auténtico amor humano y voluntario. Aun cuando, para las luchas que a veces se deben sostener sea necesario instruir a los adversarios con mansedumbre. Total, nueve días;
de generosidad y renuncia voluntaria.
Colección Experiencias de Paz. Foto con historia número 136 escrita por Carmen Rafecas. Imagen publicada libre de derechos de autor vía pixabay.