El amor sensible es mucho más excelente que los templos de los poderosos, a la manera que reposan de los negocios y preocupaciones del gobierno. Más aun, como quiera que no existe corazón humano que sea digna morada del Dios de cielos y tierra, su Majestad Divina quiso crear un Corazón perfecto, para reinar y descansar en Él. Así, sin tener necesidad de salir de sí para encontrar una alegría incalculable, le hizo heredero de todo el universo. Es más, se complace en habitar en el Corazón del Rey inmortal e invisible de los siglos, pleno de todas las excelencias, adornado de todas las virtudes y enriquecido de todos los méritos. Lo mismo que en sentido figurado, la excelencia de una rosa aumenta, cuando su esencia se condensa en una gota, sin perder nada de su naturaleza. Esto es, como una gota de esencia divina que deja caer pétalos sobre la tierra para extinguir en ella toda espiritual inmundicia. Avanza, por consiguiente, el buen amor, con su ejemplo, por el camino de la perfección. Así, en virtud de ello, es menester aprovechar el tiempo presente en adquirir nuevas virtudes, desarraigar los vicios de la superficie y andar al paso del buen servir en el corazón noble que ama. Por el contrario, si se interrumpe el progreso íntimo, pronto se desvanecen los buenos sentimientos que, como las flores, pierden el aroma en cuanto se marchitan. Total, el amor sensible;
es una elección verdaderamente libre.
Colección Experiencias de Paz. Foto con historia número 115 escrita por Carmen Rafecas. Imagen publicada libre de derechos de autor vía pixabay.