La lógica del amor es totalmente distinta a la nuestra, según los criterios de la sociedad. Para integrarla en uno mismo no hay que ser muy adinerado ni prestigioso. Ahora bien, sin esfuerzo por nuestra parte, ¿cómo pretender auxilio?; exigirlo sería aproximadamente un ejemplo de fraude. Pues, solo el navegante que forcejea con sus propios brazos, puede alcanzar la orilla después de mucho recorrido y esfuerzo acumulado. Entonces, dormido y maravillado en la noche, lleva por antorcha el discernimiento para oír y mantener el canto intuitivo de la sirena. Imagen a semejanza de dos corazones unidos por un mismo deseo, contemplándose en el brillo del mar cuando sienten nostalgia. De este modo, en el recogimiento de la noche, elaboran inconscientemente su progreso. Entretanto, la atalaya les presta toda su atención, enfocándoles con su deslumbrante luz al alba. Al atardecer, afloran impresiones externas de color rosado que exhiben la bondad y la belleza de sus sentimientos. Emociones beneficiosas que florecen, al deslizarse por sus ojos, como lágrimas balsámicas. Despertares continuados que, mezclados debidamente con alegría, paciencia y serenidad, miran a diario hacia oriente. Mientras tanto, los pétalos de loto se abren en la luz dorada y la lógica del amor se transforma. Ambos anhelan alcanzar la perfección;
ser alimento saludable para el alma.
Colección Experiencias de Paz. Foto con historia número 22 escrita por Carmen Rafecas. Imagen publicada libre de derechos de autor vía absfreepic.