Una luz les brilló, acrecentando su alegría. Pues, si ambos vivían en la luz, sabían que continuarían unidos. Se adentraron entonces hasta el fondo de la historia, enfangados al situarse en el mundo y en la vida. Al asumir la condición humana en su pobreza, fueron capaces de conservar la paz y de transmitirla. Con una actitud de colaboración con las causas justas, aceptaron la larga lista de víctimas inocentes. Y al servir siempre a la verdad;
permanecieron en la luz, sin tropezar.
Post escrito por Carmen Rafecas.