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La velocidad de movimiento

La velocidad de movimiento era virtud indispensable cuando algo le ocurría de repente. Muchas cosas las podía prevenir y prever, y sin embargo, dormía todas las noches con la lámpara encendida. Era más administrador que dueño pero, como administrador, tenía un gran poder por disponer de todo, según la intención y el deseo de quién se lo había confiado. Conservaba el dinero en el banco para los momentos de necesidad, aún a sabiendas de que todas las seguridades tienen un límite. Y al llegar de repente imposiciones;

visto que mucho se le confió, más se le exigió.

Post escrito por Carmen Rafecas.