La competencia surge cuando alguien tiene la posibilidad de elegir entre dos o más profesionales similares que cubren necesidades similares, cuando podemos ganar algo importante o cuando corremos algún peligro. Sin embargo la competencia es buena y sirve para mejorar.
Bajo mi punto de vista todas las personas con las que me relaciono son clientes porque esperan algo de mí y yo de ellas. Por ejemplo, los seguidores de mi blog esperan que divulgue contenidos interesantes, y yo que los difundan. O bien, mi familia espera que les dedique tiempo, y yo que me quieran.
En consecuencia, para diseñar la estrategia de posicionamiento se debe cambiar la perspectiva. Es decir, los jefes, compañeros, amigos o familia pasan a ser clientes. Y a pesar que Internet es importante, las relaciones personales o las reuniones de trabajo pueden ser más útiles.
En mi caso, he creado mi marca personal para demostrar la congruencia entre mi perfil en línea y mi presencia personal. Y como estrategia de visibilidad firmo con mi marca los contenidos de la página web Peace Meetings para facilitar el acceso a quienes les pueda interesar.
Post escrito por Carmen Rafecas.