La caridad renuncia gustosamente a algunos bocados en favor de los demás. Su palabra se identifica con la vida, con el perdón y con la salud. Demuestra que las verdaderas necesidades de la vida no son muchas y que para vivir basta con poco. A su vez, del mismo modo que lo menos importante cede el paso a lo más importante, nos empuja a sentarnos alrededor de la mesa para celebrar algunas circunstancias felices y honestas. Y con prudencia para no ser inconsecuentes;
nos reconciliamos, sin mancha ni reproche.
Post escrito por Carmen Rafecas.