Justicia y verdad merecen confianza.
– Si de veras me quieres no me hagas más preguntas, confía en mí.
– No comprendo lo que dices.
– Si consideras justo que me vaya, dímelo.
Sin embargo, ambas deben cumplirse con rectitud.
– Si no respetas la ley querrá decir que no eres un hombre justo.
– Miente, ¿no es cierto?
– No. Dice la verdad.
Entonces, la vida se construye en la verdad.
Post escrito por Carmen Rafecas.