El café ha sido y sigue siendo en nuestro país lugar de convivencia, foro de conversación y debate, sede de tertulias literarias, y en definitiva, espacio propicio para la sociabilidad. Su propósito esencial es crear un agradable ambiente que propicie la conversación. En consecuencia, todos los preparativos deben hacerse teniendo en cuenta este bien.
Asimismo, igual que sucede en una negociación cuando es la otra parte la que viene, el café debe servirse personalmente y con rigor, teniendo en cuenta las preferencias del invitado, y de acuerdo con sus respuestas. Nuestras atenciones deben ser equilibradas, naturales, y, por supuesto, agradables; sin protagonizar la conversación ni tampoco permanecer callados.
Ahora bien, siendo inadmisible la descortesía y de acuerdo con un sentido lógico de la moderación y la alternancia, el éxito de su cometido recae en la buena educación y el respeto por la persona. Por lo tanto, como fiel compañero de viaje, estimulante de ideas, amigo en estados de relajación, e indicador de relaciones;
el logotipo de menplanner representa su esencia y aroma.
Post escrito por Carmen Rafecas.