Comienza una nueva vida si se encuentra la fuerza para empezar a luchar contra el propio error. Cuando se amotinan las naciones, se alían los reyes y los príncipes conspiran, se acerca a la luz para que se vean sus obras. Pues no hay cielo sin amor, ni amor sin confianza, del mismo modo que el viento sopla y se escucha, pero nadie sabe de dónde viene y adónde va. Quizás no le comprendan durante mucho tiempo y el éxito le llega solo al final de la vida, o incluso después de la muerte. Sin embargo, en paz se acuesta, enseguida se duerme y una cosa pide;
habitar en su casa, todos los días de su vida.
Post escrito por Carmen Rafecas.